Ética y narrativas sobre el ´dar y recibir´ en los centros penitenciarios. Generación de conocimiento y aportaciones a personas privadas de la libertad
Editoras del número: Dra. Martha Chávez Torres (El Colegio de Michoacán A.C.-Red de Estudios sobre Espacios Carcelarios) y Dra. Laura Elena Romero López (Universidad de las Américas Puebla-Red de Estudios sobre Espacios Carcelarios).Una de las vías para lograr la articulación entre academia, centros penitenciarios y población privada de la libertad es el atraer el interés de las y los investigadores, profesores y estudiantes de instituciones de educación superior por generar conocimiento, interacciones e intercambios con la población privada de la libertad. Para conseguirlo, deben realizar las gestiones y actividades necesarias para sobrepasar los preconceptos sociales y personales, así como pasar filtros, muros y rejas de la institución.
Entrar a un centro penitenciario con la intención de hacer investigación es un gran desafío. Los trámites necesarios se realizan en la dirección de cada uno de ellos, lo que puede llevar tiempo y papeleo, como elaboración de oficios, entrega del proyecto de investigación, programa del curso, taller o actividad que se proponga impartir. Y aunque cada centro penitenciario tiene sus propias reglas y procedimientos para las personas externas, todos controlan y vigilan; cuidan qué se viste, qué se introduce, dónde y qué se va a hacer, y más vale que todo sea para bien y no para “alborotar” a la población; protegiendo así, tanto a la institución como a la población privada de la libertad, ya que puede ser blanco de promesas falsas, incitaciones a la rebeldía o expectativas inviables que la pueden vulnerar.
Además de todos los retos que implica la burocracia y los límites en el acceso a los centros penitenciarios y a la información que resulta de nuestro interés, surge un cuestionamiento adicional: ¿cómo llevar a cabo un intercambio ético entre quien investiga y la población privada de la libertad? ¿Cuáles son las bases de este “dar” y “recibir”? y ¿De qué manera nos posicionamos frente a las personas privadas de la libertad? Es decir, ¿quiénes somos para ellas o ellos y cómo todo este contexto, ciñe (o no) nuestra investigación?
El medio carcelario resulta un espacio donde las condiciones de investigación se hallan constreñidas y vigiladas, imposibilitando las vías más tradicionales de los métodos cualitativos: entrevistas, observación participante, encuestas, uso de cámaras, grabadoras o celulares. La autorización institucional para lograrlo requiere, nuevamente, enfrentarse a la burocracia y las estructuras disciplinarias de los espacios carcelarios, las cuales obligan a que las acciones permitidas sucedan en locutorios en los que suele haber una custodia o custodio al lado del informante. Si a todo esto se la suma el consentimiento informado (por escrito) de la persona privada de la libertad ¿qué riesgos se corre de sesgar la información?
Resulta entonces que para acceder a esta población optamos por buscar otros caminos como ofrecer algún curso, taller o actividad cultural, social o deportiva, entre otras, que debe autorizar el Comité Técnico y controlado por el Centro de Observación y Clasificación (COC), y esta retribución se convierte en la vía de ingreso que marca a la propia investigación que se plantea realizar; pero también es la que permite la interacción y el intercambio con personas en confinamiento que, voluntariamente o motivadas por cumplir con el Plan de Actividades para sacar algún beneficios, osimplemente por pasar el tiempo, optan por estas actividades. Mientras esto sucede, tanto las personas que asisten a las acciones propuestas, como las que se cruzan a nuestro paso, son observadas, investigadas.
¿Pero el hecho de que no sean informados (aunque institución sí lo sepa) de que están siendo observados con fines investigativos, viola sus derechos humanos y deslegitima o resta valor a lo que se ofrece a cambio? ¿El consentimiento informado sería una barrera más para acceder a la información y para que el o la “informante” opte por expresar o mostrar el deber ser y no lo que viven cotidianamente?
Por otra parte, este intercambio parecería justo o solidario, pues quien investiga a fin de acceder a la información buscada, registra sus historias, reclamos, pesares, anhelos, mientras la población privada de la libertad recibe conocimientos, espacios de autorreflexión, de interacción social, desahogo y hasta algunos productos o favores solicitados. ¿Hay una vía ética/metodológica que ayude a salir de esta trampa?
Debido a todo lo anterior, este número temático se adentra en los debates éticos, metodológicos y de retribución social, de estudiosas y estudiosos de temas carcelarios en nuestro país y allende sus fronteras, a partir de una propuesta metodológica y narrativa que recupere las experiencias de los y las investigadoras que les permita (re)plantear cuestionamientos, procedimientos o metodologías respetuosas de los derechos humanos para evitar la vulnerabilidad de la población privada de la libertad, al mismo tiempo que permitan la investigación social respetuosa y comprometida, que genere conocimiento y dé la voz a esta población. Ciencia y ética pueden ser armoniosas y complementarias.
Así, narrativa y ética pueden abordarse desde la autoetnografía, la etnografía-ficción o cualquier otra propuesta metodológica (como las representaciones individuales o colectivas) que situé al investigador en el contexto socio espacial y en interacción con la población, dando cabida a los relatos en primera persona que den voz a los protagonistas que se entrecruzan en estos espacios, tan específicos de confinamiento. De manera que podamos pensar desde nuestras posiciones como sujetos para después reflexionar sobre los conocimientos que generamos y su aplicación. De igual forma, la autoetnografía, la etnografía-ficción y el estudio de las representaciones individuales y colectivas, permiten que cada persona elija, para su texto, el lugar y situación en los cuales pone énfasis, formas de reciprocidad y las reflexiones sobre su propia experiencia como sujeto, la relación con el espacio o el propio proceso de investigación, diluyendo al mismo tiempo una dicotomía propia del positivismo: la oposición entre lo objetivo y lo subjetivo, así como los intercambios y formas colaborativas entre los implicados en la investigación (Ellis y Bochner, 2003; Martos y Devís, 2015).
Estos textos pueden integrar información, reflexiones y propuestas que incluyan, entre otros aspectos, los siguientes:
1. Caracterización del Centro Penitenciario de Estudio (federal, estatal, juveniles, etc,)
2. Actividad que se realiza y experiencias recabadas
3. Actividades de tratamiento y de reinserción social
4. Burocracia carcelaria e investigación
5. Espacios carcelarios e investigación social
6. Perspectiva de género
7. Afectos, emociones y riesgos
8. Metodologías propuestas
9. Objetividad vs reciprocidad (aplicación social del conocimiento)
10. Dilemas éticos entre el “dar y recibir”
Lineamientos editoriales:
- Para evitar la duplicidad de contenido, comuníquese con las editoras del número (martha_c@colmich.edu.mx; laura.romero@udlap.mx) para informarles sobre su interés en enviar un manuscrito.
- Se aconseja enviar sus trabajos lo antes posible, con preferencia antes del 1 de agosto de 2022, aunque la convocatoria seguirá abierta mientras esté anunciada en el portal de Relaciones Estudios de Historia y Sociedad.
- Para asegurar la pertenencia al número temático los artículos deberán anteponer el prefijo EACP (Ética y Autoetnografía en Centros Penitenciarios).
- Los artículos originales que se reciban para su posible publicación deberán tener una extensión menor a 60,000 caracteres, con espacios.
- Por favor consulte el resto de las directrices para autor en este vínculo: revistarelaciones.com
No dude en ponerse en contacto con las editoras de este número especial si tiene preguntas relacionadas con el tema. Todos los manuscritos deben someterse directamente a través del sistema OJS de la Revista Relaciones y no a los editores del número. Relaciones reconoce la entrega del manuscrito solamente a través del gestor OJS. Usted debe recibir acuse de recibido de su manuscrito dentro de pocos días. En caso de no recibirlo dentro de una semana, favor de comunicarse con Relaciones para verificar la llegada de su manuscrito.
Cualquier duda puede manifestarla a: martha_c@colmich.edu.mx con copia a relacion@colmich.edu.mx. Anteponga el prefijo EACP en el “Asunto” del mensaje.
Literatura de soporte
Ellis, C. y Bochner, A. (2003), “Autoethnography, Personal Narrative, Reflexivity. Researcher as Subject”, en Denzin, N. y Lincoln, Y. (eds.), Collecting and Interpreting Qualitative Materials, Thousand Oaks, California: Sage.
Martos-Garcia, D. y Devís-Devís, J. 2015, “Un día cualquiera en la cárcel: la etnografía-ficción como representación de una investigación” en Revista de antropología Iberoamericana, Vol. 10, N°. 3, septiembre-diciembre, España. Pp. 355-376.